saludó defendiéndose con sus ojos abiertísimos,
luego se escondió en sus oídos y dejó de verme.
la mujer perpendicular es larga y dorada como una espiga de trigo.
no deja de hablar por teléfono y de reírse. es una espiga de trigo lejos de su trigal natal, se ríe a distancia.
la mujer en el centro piensa, últimamente, demasiado.
el reciente descubrimiento de mi cerebro como ente dañable y todo lo que ello acarrearía me pone muy nerviosa.
para distraerme miro de reojo a las mujeres que
me rodean en círculo.
viajar se ha convertido en un proceso delicado.
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