6/03/2016

A. B.

La vida es un columpio giroscópico de infinitas ventanas,
cada una tiene una cerradura
de abertura sensorial diferente.

Esta llave me llevó a mi fiebre, fiebre que disfruté unida por los oídos a alguien que tenía
otro tipo de fiebre
unos kilómetros más cerca del mar.

Miro hacia allí por el hueco de esta cerradura,
le veo entre pequeñas sombras y rayos de luz, difractado,
te quiero desde el futuro. Estábamos sufriendo porque no lo sabíamos.
Te quiero desde el futuro.


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