en el que tumbarse apoyando los pies en la pared.
fumar dando caladas muy largas,
mirando el humo a contraluz;
cómo huye.
sumergirse en el ciclo de la muerte
porro-polvo-pesadillas
cuatro paredes como capullo,
como útero para tu metamorfosis.
porro-polvo-porro-pesadillas
respira con las manos en la barriga,
pensando lento,
tocando muy despacio el silencio, que se va condensando a medida que llenas el cenicero.
mira a las polillas. vienen relamiendo la luz del aire y se quedan paradas en el techo a mirarte. al final ellas también cogen cariño a las encerronas (pero como voyeurs).
tus pesadillas van acumulándose hasta que se abre la puerta de golpe
y sales escandilado, con las pestañas difractando puntitos de luz,
a tomarte un cortado.
Granada [2010]
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