Todo lo que tengo dentro, lo que puedo SER/HACER/CREAR me araña, quiere salir. Me dan migrañas y me laten las sienes. Es la bulla de los mil seres que se pelean para unir de una vez los cables de la bomba nuclear que tengo dentro del cráneo. Ese poder que se conserva en mi capa cerebral más interna, congelado, como Akira. Yo intento organizarlos. Calmarlos un poco, con cantos de bajas frecuencias, como de ranas, como mi voz, para que al fin encuentren la manera de hacerla detonar.
Es muy necesario que mi interior arda. Va a doler porque será, en cierta manera, un parto, pero no tengo miedo. Es mi explosión, mi atentado contra mi misma y estoy hecha para soportarlo: "llevo toda la vida preparándome para esto". Nacer a una tercera vida, como la Gata.
Imagino la belleza de la Laura que se levantará pringada de entre mis entrañas muertas, sacudiéndose el líquido amniótico y escupiendo sobre el cuerpo viejo que se quedará roto en el suelo, oxidándose como una piel de plátano negra. Mientras, el humo de la explosión se disipará, el alma se le hinchará y le flúor-escerán los ojos sonriendo mucho por haber sobrevivido. Y todo SERÁ.
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