1/23/2014

mujeres al borde de un ataque de nervios

He terminado de ver esta peli y tengo la sensación de que todas las mujeres estamos al borde de un ataque de nervios, paradas a la orilla de una noria, amando a los hombres que nos van pasando por delante. Felices cuando llegan, desquiciadas cuando se van. Mirándonos de reojo; recelosas con la mujer de la izquierda porque el hombre que perdemos va a parar a sus brazos y con aires de superioridad a la de la derecha, que finge que no le importa que el suyo viene, ahora, con nosotras.
Mientras tanto ellos canturrean, subidos en su atracción. Cada vez que la noria para, repiten las mismas palabras, una y otra vez a cada cara nueva que encuentran. Como Luis al principio de la peli cuando se declara a todas las mujeres con las que se cruza.
(Menuda puta mierda de jueguito.)


En fin, voy a fumarme un porro para seguir con mi Ciclo de Cine para Una Tarde con Cólicos. Mi deseo es que tengamos un mundo sin mujeres al borde de un ataque de nervios. Una conspiración de locas que no crean en los amores en serie. Y que cuando nuestro novio se vaya a fugar con la secretaria tía buena, se la robemos y nos vayamos nosotras con ella y él se quede en el aeropuerto mirando como un tonto. :)

1 comentario:

  1. ¿Y qué me dices de Átame? La metáfora perfecta del amor: una especie de síndrome de Estocolmo. A menudo me pregunto por qué tiene que ser así, por qué parece que a menudo hay un débil y un fuerte, un dominador y un dominado. Durante mucho tiempo me pregunté cómo sería estar enamorada, pero como pasa con la mayoría de experiencias de la vida, una vez lo descubrí me di cuenta de que no es exactamente lo que me había imaginado. Yo me imaginaba que el amor perfecto era algo así como la experiencia más liberadora que pudiera existir, pero hay veces que me parece más bien todo lo contrario. ¡El amor liberador no existe! El amor por definición es una atadura, es imperfecto y puede llegar a ser muy doloroso. Deberíamos abrir los ojos a la humanidad de una vez y declarar la guerra a esa maldita idea romántica universal del amor que pulula por el mundo.

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