10/14/2010

La casa de Tonino

La casa de Tonino se hizo sola.
Tonino llegó allí porque antes vivía el Panita.
Tonino también se hizo solo, creció con la humedad, como las setas, en alguna esquina de Galicia. Como no es una seta sino una persona se fue de Galicia y acabó con un ukelele y una flauta japonesa viviendo en La Guancha, en una casa retorcida sobre sí misma como un ADN.
Sólo he estado una vez allí, pero fue una vez preciosa.
Coincidía que se iba una chica muy bonita de Milano, que iba súper mal vestida pero era tan guapa que todos pensábamos que iba súper bien vestida y que se enfadaba mucho cuando hablaba de Italia, y decía que no quería volver ni loca, y que le fastidiaba que nadie dijera nada, pero que en unos años los libros de historia pondrían que Berlusconi había sido un dictador.
En la guagua aparecieron el Panita y una chica de Barcelona que estaban en el norte haciendo un curso de agricultura ecológica y llegaron borrachos de probar vino y guapísimos, ella con una flor en el pelo y él con ella. También iban a casa de Tonino y todos juntos llegamos más rápido en esa guagua del demonio que es la 107. Ya era de noche, pero como el Panita vivía antes allí nos llevó sin perdernos.
Pasamos primero por la casa de una señora súper guapa que conocía el Panita y la chica de Barcelona la llamaba hermosa todo el rato (la chica a la señora). Yo estaba callada mirando y sonriendo mucho, como siempre.
Seguimos bajando y cuando entré la casa me dio un abrazo de los que dan las casas, y también me rei mucho porque esa casa llevaba la contraria a todas las casas y porque yo sabía que tenía que existir algo así y me da siempre mucha alegría comprobar que la magia existe.
En vez de césped, en el jardín crecía marihuana púrpura. Como terraza estaba un sillón tirado que había ido creciendo y todavía estaba medio enterrado. Las paredes estaban pintadas y había velas hechas con latas de cerveza Saturday para poder pintarlas de noche porque la casa de Tonino se hacía sola, también de noche.
El baño estaba al lado de las sillas y la puerta estaba pintada con frases, como todas las puertas de los baños decentes, y crecían tréboles en el suelo, detrás de la puerta, debajo de las telarañas que la aguantaban entera. En ese baño había de todo y, de casualidad, un váter, que es de lo único que recuerdo con seguridad porque estuve meando.
Unas escaleras te subían vacilándose de ti hasta el salón, donde había colchones y cuencos para mezclar por todos lados, chaquetas, sombreros... y fotos que Tonino había ido sacando en sus viajes y en sus no-viajes. Luego estaba el cuarto de Tonino, que se cerraba con una sábana en plan cortina. Tonino tenía, en su cuarto, un perchero con un sombrero púrpura como la marihuana y mágico como la marihuana. Nunca se lo vi puesto porque Tonino siempre está destapado.
En la cocina crecía sola la comida y, por suerte, esa noche habían crecido mojitos con la ayuda de Elena, la chica de Milano.
Había un gato, pero no podíamos dejarle dormir con nosotros porque Manuky era alérgico a los gatos y le daba por estornudar si había pelos en el colchón. Manuky era muy serio y daba un poco de miedo. Creo que se enfadó con nosotros porque dormimos en su cama con él y Elena y era la última noche que estaba con Elena. Pero tenía que ser muy bueno, porque si no Elena no hubiese dormido con él.
Por la mañana nos dimos cuenta de que había salido una azotea chiquitita y que Tucho se había dormido en ella. A todos nos hizo mucha gracia y subimos de uno en uno y nos tumbamos con Tucho a saludar a la mañana. El Panita se había dormido en el jardín y Tomi estaba dentro con Rocks, así que no hubo música cuando nos fuimos,
pero nos habíamos tragado una semilla por la noche
y por la mañana ya había germinado.
Así que nos fuimos con todo eso tan bueno y tan sin nombre a casa, a pegar el virus a otros.
Los demás se fueron al mar y nunca he vuelto a ver a la casa de Tonino, ni a las coliflowers, ni a Manuky, ni al Panita, ni a la chica de Barcelona.
Pero todo sigue dentro de mi, pudriéndose para que me siga saliendo musgo por dentro, y sea más verde, más blandita y más sonriente.
Joder, ¡viva la gente bonita!

PD les dejo la música que salía de esa casa, es preciosa.
http://www.myspace.com/proyectoguanche

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