empezó a llover y no era noche cerrada.
llovió
durante toda la noche y parte de la mañana.
llovió una lluvia muy fina, un calabobos.
llovió y
nadie llevaba paraguas,
nadie dejó de salir.
cuando dejó de llover ya no quedaba nada.
nadie para ver cómo amainaba la misteriosa lluvia de purpurina ácida que había corroído todo, poco a poco, durante toda la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario